por Michael Löwy
Los escritos de Georg Lukács de la década de 1930, a pesar de sus limitaciones, contradicciones y concesiones (al estalinismo), no son por ello menos interesantes. Es el caso, en particular, de su ensayo de 1935 sobre [el poeta Friedrich] Hölderlin, titulado L’“Hyperion” de Hölderlin, traducido al francés por Lucien Goldmann e incluido en el volumen Goethe et son époque (1949). Lukács se muestra literalmente fascinado por el poeta, a quien califica de “uno de los poetas elegiacos más puros y profundos de todos los tiempos”, cuya obra tiene “un carácter profundamente revolucionario”1/. Sin embargo, contrariamente a la opinión general de los historiadores de la literatura, se niega obstinadamente a considerarlo un autor romántico. ¿Por qué?