En noviembre de 2020, las y los socialistas de todo el mundo celebran el bicentenario del nacimiento de Friedrich Engels. Es un error, repetido a menudo, considerar a Engels como un simple divulgador de las ideas de Marx. No solo contribuyó, con Marx en 1844-48, a la formación de una nueva cosmovisión, la filosofía de la praxis o el materialismo histórico, sino que desarrolló un análisis y una argumentación sobre temas que Marx no quería o no podía estudiar. Uno de ellos es el del comunismo primitivo, que no está ausente en Marx, especialmente en sus «Cahiers d’ethnographie» no publicados, pero está mucho más desarrollado en el libro de Engels “El origen de la familia, la propiedad privada y el estado».
Ante las numerosas protestas denunciando las violencias de las fuerzas del orden contra manifestantes desarmados, Emmanuel Macron respondió con una frase histórica: “No hablen de represión y de violencia policial. Estas palabras son inaceptables en un Estado de derecho” (2 de marzo de 2019). Una fórmula magnífica, casi un ejemplo ideal-típico (por hablar como Max Weber), de lo que podría denominarse una fake political science.
Se nos presenta el distanciamiento social como una medida para afrontar la crisis sanitaria, se nos dice que debemos estar al menos a un metro y medio de distancia para disminuir las probabilidades de contagio y, por último, el mandato de quedarnos en casa, confinarnos. La supuesta excepcionalidad con la cual se expresa la pandemia, no es más que el rostro más explícito de la constante histórica del capitalismo en su desorden social sustentado en el dislocamiento y fractura de la sociedad.
Como es sabido, Walter Benjamin murió en Portbou hace 80 años, en septiembre de 1940, tras un intento de huida de la Francia de Vichy a España. Como a miles de otros refugiados alemanes judíos y/o antifascistas, lo internaron en un campo en el verano de 1939, al comienzo de la segunda guerra mundial, como ciudadano de un país enemigo.
Michel Lequenne falleció el 13 de febrero a la edad de 99 años. Fue un trotskista especial, atípico, un personaje sin par: por su fuerza de convicción, su verbo polémico, su extraordinaria cultura política, literaria, artística e histórica -¡autodidacta!-, su tendencia a la disidencia y su fidelidad a la herencia del Octubre rojo.