En la coronación de mi señor, pensé que sería oportuno extenderle una sincera invitación para conmemorar esta trascendental ocasión visitando un reino dentro de su reino: la Prisión de Su Majestad en Belmarsh.
Sin duda, recordará usted las sabias palabras de un renombrado dramaturgo: “La gracia de la misericordia no se fuerza; cae como la suave lluvia sobre el bajo”.