Michel Foucault: el anti-edipo, una introducción a la vida no fascista

Entre los años 1945-1965 -me refiero a Europa-, había cierta manera correcta de pensar, cierto estilo de discurso político, cierta ética de lo intelectual. Era necesario tutearse con Marx, no dejar vagabundear los sueños demasiado lejos de Freud y tratar los sistemas de signos –el significante- con el mayor respeto. Tales eran las tres condiciones que hacían aceptable esta singular ocupación de escribir y de enunciar una parte de la verdad sobre sí mismo y sobre la época.

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