por Inés Acosta
El discurso contra la “ideología de género” se extiende, replica y cuela por las calles, los gobiernos y las campañas electorales. Los movimientos que apelan a combatirlo tienen por objetivo influir a nivel político y han sido exitosos al unir a actores religiosos y no religiosos contra un enemigo en común difundiendo el pánico moral. El término comenzó a gestarse en el Vaticano a mediados de los años noventa y fue llevado a las calles en la última década por diversas corrientes religiosas conservadoras y grupos antifeministas, pero la prédica contra el género tiene sus orígenes mucho antes de la invención de esta expresión retórica.