por Gustavo Burgos
Durante esta semana la senadora Campillai destacó no haber sido convocada al proceso constituyente, señaló que sus planteamientos no fueron recogidos y aún su experto propuesto tampoco fue considerado. Señaló igualmente, que a pesar de su cerca de medio millón de votos obtenidos en la elección no se le permitió participar de ninguna forma en este nuevo proceso constituyente que se iniciara con el llamado Acuerdo por Chile. Finalmente, la emblemática senadora independiente —nacida de la lucha popular e insignia de las violaciones a los DDHH durante el estallido— señaló que esperaba que saliera una buena Constitución aunque no creía en ello. Como ocurre con las figuras de alta connotación pública, sus opiniones a menudo —esta no es la excepción— expresan ideas o aún sentimientos de profundo raigambre, en este caso de absoluto descrédito respecto del proceso constituyente y de una onda decepción.