por Catalina Solís
“Aquí viene la historia de Huracán Carter,/ el hombre al que las autoridades vinieron a culpar/ por algo que nunca hizo./ Lo metieron en una celda, pero una vez,/ pudo haber sido el campeón mundial” (B. Dylan).
El juicio abreviado se ha vuelto, para varios de los presos de la revuelta, la única posibilidad de volver al hogar junto a sus familias, pero también ha significado asumir la responsabilidad por cargos que no se ajustan a su versión de los hechos. Se declaran culpables de delitos que no cometieron con el fin de dejar atrás largos meses en la cárcel.