por Carolina Rojas Flores
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En coherencia con el campo desde el que se ubica Rodrigo Browne Sartori para leer e interpretar este mundo, su libro [ Editorial de la Universidad Nacional de La Plata (Edulp . 2023)] se estructuró en torno al diálogo que tuvo con variados textos y cuyas lecturas han devenido en reflexiones que, a su vez, nos invitan a nosotros al diálogo.
Pero no cualquier diálogo, porque las paradojas, deconstrucciones, mentiras verdaderas y verdades mentirosas llevan a quienes lo leen a la necesidad de trabajar en esta co-escritura junto a Rodrigo Browne y, también junto a sus referentes.
Este diálogo-escritura colaborativa de lecturas de obras inconclusas no será fácil, habrá que estar atentos a las paradojas, ironías, acuerdos y desacuerdos, a las trampas que aparecen en tiempos de incomunicación, iconofagias y fakes news.
Les anticipo que esta lectura no será sencilla, porque en tiempos en los que el diálogo se ha centrado en torno al código de las imágenes, desbordando la comunicación al punto de la devoración de sus lectores, requerirá del tiempo lento de la lectura, que por lo impopular escasea, a la vez que se ha hecho ultra necesario y que una pandemia expuso cuando todo el mundo se detuvo en una larga pausa.
Por eso es que sabrán comprender, sin sentirse ofendidos, que la lectura de esta obra será un diálogo de y con “voces periféricas” en tiempos de pandemia y post-pandemia. Una invitación al diálogo, en contexto de paradojas porque la crisis a la que alude el autor nos llevará a comprender que el caos pandémico era el velo que cubría un falso orden y que pudo ser denunciado cuando el mundo dejó de girar. Pero ¿cuál es el orden y cuál es el caos, entonces?, ¿qué es verdad y qué es mentira?
La obra de Rodrigo Browne. Como en una posta, va de capítulo en capítulo entregándonos el testimonio de otros y otras que nos llevan a diversas reflexiones para buscar respuestas o quedar con más preguntas, algunas muestras o spoilers:
El arribo de zoom llegó a “Zoomizar” las relaciones para despresenciar la comunicación y mantener vigente el vínculo y el diálogo (mediado por un espacio que es un no espacio); Browne-Viscardi nos llevan a mirar la “reversibilidad gubernamental” donde la soberanía está ubicada en la tecnología, deconstruyendo (probablemente) los discursos de autoridad (o deslocalizándolos) ¿para abrir el canal a las voces de los que sobran? Ahí nos vino el optimismo: un no rotundo, soberano y mayoritario a la constitución del dictador.
Pero no se pudo… las paradojas.
Nos llenamos de esperanza cuando pensamos que la crisis de la gobernabilidad estaba en ciernes gracias a que las voces pre-pandémicas de los que sobran se apropiaron de los lugares públicos para deconstruir, desarticular y desmonumentalizar el encierro (simbólico entonces, concreto después), la disciplina y el control.
De la reflexión sobre contra-gobernanza recibiremos el testimonio auto-gobernanza de la mano de Vicente Serrano. Estaremos frente al fantasma de la libertad y la máquina de los afectos de Fcbk que nos ilusiona con la idea de sentirnos leídos, queridos y más queridos. Una máquina que nos motiva a montar una autoimagen de (in)felicidad, tecnologías, selfies y pandemia narcisista: Iconobiografía. Sujetos-cuerpos dependientes y sedados por la sobre exposición de las imágenes de los otros y de sí mismos. Cuerpos devorados por sus propias imágenes: autogobernanza, autoiconofagia.
La “democracia” no democracia que otorga libertad no libertad a sujetos que devienen en target del algoritmo para contribuir con una economía desconfiada ya de las empresas-pensantes-humanas analistas del mercado.
Reflexionaremos en torno a las imágenes que nos invitan a abrir las puertas a nuestra propia devoración. A cómo hemos naturalizado la devoración y ¡es que la comunicación no es natural y el consumo excesivo de las imágenes tampoco lo es! Filosofía de la gula, diría Flusser.
El consumo se coló por las rendijas de una comunicación artificial humana (fraudebook), la evolución de un Quijote que en tiempos de redes sociales batalla contra molinos de vientos representados por la no vejez, no soledad, no infelicidad, no exclusión, no fracasos.
Desde la perspectiva de una butaca seremos invitados a comprender las reducciones de Occidente representadas en la magistral obra de “Bonobo Teatro”, compañía chilena que a través de la obra “Tú Amarás” y de la brillante pluma del dramaturgo chileno Pablo Manzi, conoceremos un mundo con “amenites”, especie extraterrestre que convive con nosotros los humanos y que en esa relación fuimos negándoles el reconocimiento hasta hacerlos animalizables, explotables, irremediablemente diferentes, estrategia colonialista interestelar con antecedentes conocidos… de los indios a los migrantes, de los migrantes a los alienígenas.
Advertencia: Nuestra infancia será desacralizada, la ideología Disney será develada al mostrar su posible real en caricaturas reales: los Chicago Boys.
En esta posta miraremos cómo en los tiempos de post-verdad llegó Trump, o con él, la postverdad… y las masivas ovaciones que respaldaban el “desmentir” de cambios climáticos y apocalipsis ambientales que solo buscaban conspirar contra el imperio, desmentir pandemias y cambiar los polos de los valores semánticos de la conspiración: derribemos las conspiraciones con más conspiraciones.
Pasaremos por el Fascismo de Baja Intensidad (F.B.I. de la mano de Antonio Méndez Rubio), primo hermano del capitalismo y liberalismo para discutir en torno a un feminismo no machista que se opone a un feminismo imperante, neoliberal, de derecha, androcéntrico que hizo oídos sordos al llamado de la gran Audre Lorde que nos advertía que “las herramientas del amo nunca desmontarán la casa del amo”.
99% de feminismo o cómo el discurso neoliberal se apoderó del discurso feminista, donde las no hombres tendrán valor en la medida que el poder que detenten esté al servicio de la producción y de la productividad gracias al “empoderamiento”.
Recibiremos el testimonio que nos lleva a la conclusión de que a los medios no les importan los intelectuales ni la intelectualidad, menos si vienen del sur, les importan los fuegos artificiales del mercado y esto condena a las universidades a tentarse con un funcionamiento bajo lógicas neoliberales.
Formar a otros y otras para la creación de conocimiento y opiniones fundadas se tensa cuando las didácticas no consideran las enciclopedias de los estudiantes de hoy capturados por la iconofagia, Facebook, Instagram, tiktok y lo que sea. Alonso Quijano devoraba libros, hoy devoramos imágenes y como el antihéroe, terminamos devorados por sus contenidos-no contenidos, por su información-no información.
El camino de la resignificación (pedagógicamente hablando), ¿solo será posible fuera de los marcos teóricos de la academia? Nuevamente estaremos frente a la discusión del mercado colándose por todos los espacios: estrategias neoliberales de la educación y del feminismo.
Estos espacios que eran de lucha contra el imperante sistema se han vuelto aliados del enemigo,
¿se han vuelto aliados del enemigo?
Tomaremos el testimonio de una democracia raptada y suplantada por una falsa participación iconofágica y tecnologizada. Las imágenes son la nariz de Gogol que suplanta a su cuerpo para asumir el poder de la participación democrática y subir en la escala de valoración social. Estrategias neoliberales de la democracia.
La comunicación anda desbordada, desorbitada. La devoración de imágenes que, a su vez nos devoran, suplanta las relaciones humanas y las invisten de una falsa naturalidad, ¿qué hacemos?
Rodrigo Browne nos invita a reflexionar en torno a dietas y desintoxicaciones, combatir la indigestión icónica, protegerse de la ícono-adicción que pueden sanarse provocando iconorreas y poniéndonos a dieta de los medios, pero ¿dónde compramos el purgante?
El libro de Rodrigo Browne es una “posta”, cuyos testimonios le fueron entregados para que él nos los traspasara en un libro que deviene en testimonio que ahora nos pasa a nosotros.
Al fin y al cabo, la comunicación podrá estar en crisis, pero sigue siendo una posta que va de mano en mano.
Doctorado en Comunicación UACh-UFRO