de Primera Línea Revolucionaria
A 8 meses de su cobarde asesinato, la justicia patronal esconde a sus asesinos. Santiago de Chile – Corría el viernes 6 de marzo de este año 2020 y una nueva jornada de combate se apoderaba de nuestra Plaza Dignidad y sus alrededores. La policía asesina de Piñera nos reprimía y la Primera Línea, una vez más, resistía heroicamente. Lacrimógenas infernales, agua tóxica, perdigones por toneladas, palos, piquetes rabiosos de Fuerzas Especiales, decenas de carros blindados, drones y un largo etcétera intentaban impedir que el pueblo explotado manifestara su rabia contra el gobierno asesino de Piñera, y contra un sistema capitalista que condena a la pobreza a millones de trabajadoras y trabajadores, mientras un puñado de zánganos cuentan sus ganancias por miles de millones. Al frente de la policía, defendiendo la manifestación, la Primera Línea: miles de obreros, obreras, cesantes, estudiantes, trabajadorxs de oficina, profesionales precarizados, antifascistas, pobladorxs, etc. Sus armas: palos, piedras y escudos artesanales.
Cristian, el “Conejo” Valdebenito, hijo digno del pueblo que lucha, también estaba al frente. Él era un Primera Línea de los más aguerridos. Él era obrero de la construcción e incansable combatiente de la clase trabajadora. Su lucha no partió ese 6 de marzo. Tampoco partió el 18 de Octubre. Ya en la década de los 80 daba rienda suelta a su sed de justicia combatiendo contra la dictadura en la Villa O’Higgins, una de las tantas poblaciones proletarias que resistieron al tirano Pinochet. Por ahí un amigo de su infancia definió al Conejo como “el más grande combatiente de la Villa O’Higgins”.
Desde el mismo 18 de Octubre, a sus 47 años, el Conejo no dudó un instante en ponerse al servicio de la justa causa del pueblo. No buscaba votos ni cargos políticos. Tampoco quería reconocimiento, ni luces, ni entrevistas. Sólo quería un puesto de combate. Revivió alegre sus años de lucha contra la dictadura. Su memoria rebelde lo ubicó rápidamente del lado de la justicia y no dudo un momento en ir al frente cuando la situación lo requería.
Hoy Toda la Primera Línea toma su ejemplo y le rinde honores como uno de las grandes combatientes de la clase obrera y el pueblo. El más grande Guerrero de la Villa O’Higginsnos alienta, nos anima y nos llama al combate tal como lo hacia todos los dias en plaza dignidad. Era nuestro Propio Señor de La Vanguardia y así lo llevaremos por siempre en nuestra memoria. Un minuto de silencio por el conejo y toda una vida de combate por la clase obrera y la revolución socialista. Hasta encontrarnos Conejo y gracias por tu vida. Fuiste el primero en creer en este sueño loco e imposible de la Primera Línea y mira aquí estamos orgullosxs camino a la victoria y el retrato de tu vida de combate va al frente como siempre… en la Primera Línea