por Rolando Astarita
En Prensa Obrera del 1/12/22 se publicó una nota de Camila García, “¿Quién paga los costos del nuevo dólar soja?”, donde afirma “… todas las divisas que entraron mediante el dólar soja anterior se fueron en pagarle al Fondo. Este pago serial de la deuda externa es uno de los factores fundamentales de la escasez de divisas del Central, y otro de ellos es el uso de las mismas para contener un salto en los dólares paralelos en medio de todas las presiones devaluatorias, entre ellas la retención de la cosecha por parte del capital agrario, esta capacidad también cae en picada al ritmo de las reservas” (aquí).
Recordemos que con el dólar soja a $200 (primera versión), el complejo agroexportador ingresó en septiembre más de US$ 7600 millones, lo que permitió que el BCRA comprara (a pérdida) US$ 5034 millones en 21 ruedas. La última liquidación vinculada a este dólar ocurrió el 5 de octubre.
Repetimos, según Camila García, “todas las divisas que entraron mediante el dólar soja anterior se fueron en pagarle al Fondo”. O sea, se estaría ante una gigantesca transferencia de valor al FMI en términos reales. Eso significaría que se paga la deuda con dólares “genuinos” (por ejemplo, por superávit de cuenta corriente). Es la forma en que puede haber una transferencia real, como explicó hace mucho Keynes. Pero lo cierto es que Argentina paga deuda contrayendo deuda. Un mecanismo que conforma un esquema “Ponzi” que terminará, a mediano plazo, en nuevos defaults, reestructuraciones de deuda y más “ajustes” (véase aquí; también aquí). En lo que sigue muestro que, contra lo que afirma CG, esa dinámica Ponzi ha continuado en los últimos meses. Para eso recurrimos a dos fuentes: el Informe de la Balanza de Pagos del Indec, que llega al segundo trimestre; y el “Informe de la Evolución del Mercado de Cambios y Balance Cambiario de octubre” del BCRA. Señalo que CG no cita ninguna de estas fuentes, ni otras alternativas. Empecemos entonces con un vistazo a la balanza de pagos del segundo trimestre.
Balanza de pagos, 2T 2022
En el segundo trimestre la Cuenta Corriente tuvo un déficit de US$ 894 millones. Cayó en términos interanuales el superávit de la balanza de bienes (fuerte aumento de las importaciones) y la balanza de servicios fue deficitaria en US$ 1619 millones. A su vez, el Ingreso Primario fue negativo (o sea, hubo salida de divisas) en US$ 2904 millones. En cuanto al Ingreso Secundario fue positivo por US$ 563 millones. Dado que la cuenta de capital fue superavitaria por US$ 19 millones, la necesidad de financiamiento de la economía argentina fue de US$ 875 millones. O sea, por este lado no pudo haber dólares para transferir al FMI.
En cuanto a la Cuenta Financiera registró un ingreso neto de capitales por US$ 2119 millones. Para lo que nos ocupa, es de especial relevancia que en el ítem Otra Inversión se registró un ingreso neto de capitales de US$ 986 millones, con un desembolso al FMI por US$ 633 millones (US$ 48.239 millones que debían pagarse menos US$ 47.606 millones que volvieron por refinanciamiento del Fondo). Deben agregarse entradas netas de capitales por Inversión Directa y salidas netas por Inversión de Cartera. Los Activos de Reserva del BCRA tuvieron una caída de US$ 351 millones. En conclusión, es evidente que en los meses previos al dólar soja (primera versión) Argentina pagaba deuda tomando más deuda. ¿Esto cambió a partir de octubre?
Balance Cambiario de octubre 2022
Para responder a la pregunta anterior analizamos el Balance Cambiario de octubre, el primer mes posterior al dólar soja primera versión (la última gran liquidación de los exportadores ocurrió el 5 de octubre). Si lo que dice CG fuera cierto, ya ese mes debería registrarse una acentuada pérdida de divisas por pagos al FMI. Sin embargo, las reservas internacionales se incrementaron en US$ 1051 millones. Y este aumento no se puede explicar sin tomar en cuenta un nuevo desembolso del FMI.
Efectivamente, las operaciones de la Cuenta Financiera cambiaria del Gobierno General y del BCRA fueron superavitarias en US$ 2064 millones. El desembolso del FMI fue por US$ 3862 millones (3000 millones de DEG) y los pagos al FMI por US$ 2541 millones (1975 millones de DEG). Por otra parte, hubo ingresos netos provenientes de otros organismos internacionales por US$ 918 millones. No hay manera de encajar estos datos en lo que afirma CG.
En cuanto a la Cuenta Financiera cambiaria del Sector Privado No Financiero fue deficitaria por US$ 357 millones; precisemos que US$ 359 millones correspondieron a cancelaciones de saldos en moneda extranjera con entidades locales por el uso de tarjetas de crédito con proveedores del exterior.
A su vez, la balanza de cuenta corriente fue deficitaria en US$ 664 millones. Hubo una fuerte reducción del superávit de la balanza de bienes y un déficit de US$ 799 millones en servicios (viajes, servicios profesionales y técnicos, fletes y seguros). El servicio de deuda jugó un rol menor: el Gobierno General y el BCRA pagaron intereses de deuda por US$ 102 millones; y el sector privado pagó US$ 140 millones. Con estos números, ¿cómo se puede sostener que, terminado el dólar soja de septiembre hubo una transferencia real al FMI por miles de millones de dólares?
Por otra parte, tampoco hay manera de sostener que en noviembre Argentina haya transferido, en términos reales, US$ 5000 millones al Fondo. Más aún, el 2/12 el FMI informó que llegó a un acuerdo con el Ministerio de Economía sobre el cumplimiento de las metas fiscales, de reservas y monetarias al 30 de septiembre. Completada la revisión, Argentina recibirá US$ 6000 millones, de los cuales 4500 son DEG. Con ese ingreso se pagarán vencimientos del préstamo con el FMI, y quedará un pequeño saldo para el BC. O sea, se sigue pagando la deuda tomando deuda.
Una reflexión general sobre el método
La crítica marxista tiene que basarse en evidencia científica. Como decía el populista ruso Mijailoski –citado en el Epílogo a la segunda edición de El Capital– la obra de Marx no se apoya solo en el razonamiento lógico y el estudio de la literatura económica burguesa, sino también en “el estudio minucioso de los hechos que corresponden a los análisis teóricos”. En palabras de Marx: “La investigación debe apropiarse pormenorizadamente de su objeto, analizar sus distintas formas de desarrollo y rastrear su nexo interno” (ibid.; énfasis nuestro). Por ejemplo, si hablamos de tipo de cambio, movimientos de capitales, pagos de deuda, etcétera, hay que “apropiarse pormenorizadamente” de ese objeto, estudiar minuciosamente las estadísticas y datos. Sin eso la dialéctica es especulación vacía; y la táctica política se deslizará, sin remedio, al oportunismo.
Lamentablemente, el rigor científico se ha dejado de lado en muchas organizaciones que se reivindican marxistas. Desde hace ya muchos años es una costumbre publicar escritos como el que acabamos de criticar, sin que a nadie se le mueva un pelo. Pero no se trata de asuntos esotéricos, sino elementales. Después de todo, la deuda, la fuga de capitales, el mercado cambiario, están en el centro de la propaganda y agitación de la izquierda. Incluso de la agitación a favor del “control obrero”. ¿Cómo es que no se dominan las cuestiones básicas? ¿Es el “vale todo” en aras de agradar al populismo izquierdista? El criterio parece ser ignorar cualquier evidencia que vaya en contra de la “verdad de Partido”. Pero esto solo convence a los convencidos… y fanatiza a los fanáticos.
(Tomado del Blog de Rolando Astarita)