por Xulio Ríos
El agravamiento de la crisis en torno a Ucrania con la invasión rusa supone un fracaso de los envites a la moderación efectuados por parte de China. Cierto que, en esta ocasión, Beijing se ha mostrado más cercano a las tesis del Kremlin, dando pábulo a su reclamo de que la seguridad debe ser indivisible, culpando a Washington de desestabilizar la zona y a los países occidentales en general de desinterés en la aplicación efectiva de los acuerdos de Minsk.